Su ingesta reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónico-degenerativas.
Para incrementar su consumo debemos primeramente que identificar la razón por la que no nos gustan y tratar de preparar platos ricos y llenos de sabor con cada una de ellas.
Intenta comerlas así:
Agrega un poco de verduras a platos que más prepares y que te encanten.
Dale un toque delicioso a esa sopa que tanto te gusta, cuando la estés cocinando o cuando ya la estés comiendo.
Atrévete a probar vegetales y verduras nuevos. Incluye en tu ensalada otras opciones y busca durante tus compras de comida alguna verdura que no hayas probado antes e inclúyela en el menú de la semana.
Cocínalas a la parrilla con un poco de aceite de oliva. Puedes agregarle un poco de queso bajo en grasas y sabor sin duda mejorará.
Intenta consumirlas en jugo y si te agradan los jugos más dulces combínalas con frutas.